Claudia observa con preocupación cómo su hija Ángela se convierte en el centro de atención tras protagonizar un supuesto milagro. En cuestión de horas, su hogar se ve invadido por medios de comunicación y multitudes de curiosos, sin saber que entre ellos se oculta un fanático obsesionado, decidido a arrebatarle a la niña.