El día D ha llegado. La banda ejecuta su plan para hacerse con la valiosa tiara de Santa Águeda. Todo está calculado al milímetro y los ladrones están preparados para anticiparse a Judith y Villegas. Pero en los robos siempre ocurren cosas imprevisibles: una traición que nadie espera hará que el botín pueda cambiar de dueño en el último momento.